miércoles, 27 de mayo de 2009

El[Los] Cuarto[s]Ciego[s]… (Nov 2008)

Creo que muchos conocen el cuento de los tres ciegos que intentan, a través del tacto, reconocer un elefante. El primer ciego toca la trompa; el segundo el torso del animal y el tercero toca la cola. Por supuesto ninguno dio con un elefante. Pero imagínese a un cuarto ciego que esté justo debajo del músculo excretor del mismo paquidermo. Imagínese siendo usted, si usted el ciego debajo de la caca de nuestro animal. ¿Se daría cuenta usted de lo que está sucediendo? Sospecho que si.

La cosa es que nunca la caca que nos cae es tan explícita. No es tan hedionda, ni tan viscosa… pero es tan o más notable.


Así sabemos de Sidosos (que ni se enteran), “corbatas” que venden la esencia de una región, 6 años para un asesino masivo, etc.

Siempre estamos escuchando, viendo, leyendo como a un ciego lo cagan. Escuchamos, vemos, leemos y no pasa nada.


Cada vez que percibimos un hediondo miramos a otro lado. Menos de una semana hace que escuchamos, vimos y leímos del 14.5% de reajuste que reclama el servicio público, lo entendemos, y sin embargo nos molesta que no hayan recogido la basura.

Un día viendo las noticias en la televisión, escuchamos y vimos a la ministra de la salud decir que no había que estigmatizar al sistema de salud pública por que colapse una vez. Nos reímos con unas ganas (estaba con mi pareja). Es increíble como existe tanto elefante cara e’ raja. Es un hecho que existe un problema con el sistema… Muchas veces es por culpa de la administración, que compra jeringas de oro (así lo dicen sus precios), o que bonifican por horas extras (horas de administrativos por papeleo), o bien le pagan a un doctor lo mismo si atiende a 5 pacientes que a 20 (mientras esté en el servicio…). Pero no nos engañemos, también existe personas en cargos como secretarias (aprendiendo del monstruo que les da de comer) que se preparan café junto a 20 o 30 personas enfiladas “¿Como me quedó el café batido?, no si está maquinita lo hace todo, mira que bien queda, oye Patricia, ¿tú vas a querer uno? Y uno como leso esperando… y la maquinita funciona súper bien… De seguro ella nunca ha tenido un hijo enfermo, o una madre con neumonitis… a mucha gente se le olvida muchas cosas.

Ahí está… Murió Claro. Que buen tipo, dio tanto para nuestro país, era un empresario tan connotado. Pero sin embargo fue el mismo que viajó el ’74 a EE.UU. a decirles a los temblorosos empresarios, que no se preocuparan que luego estarían de vuelta las empresas cupríferas a manos de sus legítimos dueños (y no del pueblo chileno)… Cuanta caca nos tiró este tipo. Cuanta gente sigue “hediondada” por ahí… y eso no es todo, si a su funeral fue Lagos. Nuestro respetable y siempre bien ponderado [ex] Presidente… y en un par de años millones votarán por ese payaso encubierto.


¿Y que es de Ralco?, ¿Que es de Pascua Lama?, ¿Que es de Hidroaysén?… Eso es solo energía sucia, no es más que sangre y decapitación. Cuantos Peñis murieron por Ralco y cuantos deben morir para salvar la región de Aysén. Hace poco arrestaron a 21 personas por gritar consignas, por miles apoyados, afuera de la COREMA Sólo intentaban entrar a una sala pública, de un edificio público donde se efectuaba una reunión que afecta a miles…

Lo jocoso en este tema es que se inundan cientos de hectáreas de vegetación nativa, arruinando la cultura ribereña de un pueblo, arruinando el ecosistema (ya sea por la acidez del suelo, por la pérdida de tierras para el pudú o para el huemul [Emblema Nacional po’ loco], o por los sedimentos que deben llegar al mar), arruinando el bienestar, y poniendo en juego la vida de quienes deben vivir junto a un murallón (ubicado en medio del Cordón de Fuego del Pacífico). Todo esto es, no para la energía doméstica (que necesitaría un daño mucho menor, por una cosa de menos consumo), más bien para los grandes mineros cupríferos XD. En Chile son los que más contaminan, son los que en más abusos concurren, son los gringos que volvieron con Claro, y son los que más dinero se llevan de nuestra población… Si la cosa es bien simple, sólo se debe invertir en energía renovable, ocupar los vientos por ejemplo, esto es mucho más amigable chiquillos. Pero esto no es lo que hace el elefante. Él espera que el cieguito se ponga bajo su ano, y entonces ¡¡PLAM!!


Y aún con pintas café en la ropa, el cieguito se pone a la fila. Un Rubio, con rulos bien definidos, está regalando sueños… XD y mejor todavía, este “extravagante” hombrecillo ¡¡Votó Por BARAK!!...Los medios… me causa risa, como Bush es un diablo, y el recién llegado será un Arcángel…

En fin… “Nos mean y los diarios dicen que llueve”

A veces creo, o más bien espero que no dure mucho la ceguera…

Quiero creer que somos muchos los que pensamos en que “No somos tan pacíficos como creen que somos, ni tan violentos como quieren que seamos…” (Que linda frase…)

domingo, 24 de mayo de 2009

El día que no amaneció

Llovió hasta sobre mis orejas
ensangrentándose así
todos mis capilares...

Son tantas las cosas
que debieran ser.
(nótese el subjuntivo)

Quisiera ser astronauta,
pero no paso del bombero.
El rojo me sigue.

Sangre, rubor, sano.
El dia que no amaneció
me llovió en las orejas.

Hay colores para los cobardes.
Sospecho del rojo.

martes, 19 de mayo de 2009

¡¿Que Tal Leo?!

La muerte de un Uruguayo
me acuerda de choferes y los "vos no sabés"
de Melo y sus arreglos de "canilla"
de un libro Guaraní que perdí
y por su puesto... del que no pudo ser Argentino.
por eso...

a mi en ti... o algo así Masliah!

Te miro y no me reconozco...
Pero a pesar que nos prestemos ropa,
seguimos siendo incógnitas.

Nunca tuve muy claro que tan ''X'' o ''Y'' he sido.
Sus combinaciones me descolocan.

Si seguimos así, nunca estaré seguro
si me miro mirándote,
o me uniformo en lo puro.

A veces creo ser "X", en la medida que soy "Y"
dando paso ,entonces, a la patología.

domingo, 10 de mayo de 2009

Y despues que estaba arriba(´) no hallo(´) por donde bajarse(´)

Dedicado a mi moralética
Siempre digna.
De la que estoy orgulloso
de a veces seguirla,
y otra'h no.
...pero son cosas que pasan...

Forma verbal del imperativo, presente, singular, masculino, primera persona, del verbo ser.
Gracias.

viernes, 8 de mayo de 2009

miércoles, 6 de mayo de 2009

10 o 15 minutos de división(es).

Que hacer entre un 19 de Octubre y un 28 de Agosto... pero en Mayo:
-Usar un libro de almohada.
-Escuchar música gitana rumana post-comunista.
-Pensar en lo urbano del cielo raso gracias a la luz de la calle que se cuela por entre el cortinaje.
-Tener la cama totalmente deshecha, aunque estés solo.
-Hablar de espinillas sublabiales.
-Placer.
-Dividirse.
-Irse.
-Saborear el café-café que recién bebiste.
-Sentir frio en los pies.
-Observar la bolsa plástica contenedora de papeles con mucosidad gripal.
(curiosamente el mono de la bolsa tiene una nariz gigante)
-Creer que los audífonos son parlantes.
-Añorar repisa.
-Querer ser Ruso, Rumano, Francés, Escosés, Indi, Atlético, Mosca, Trafalgar o por último Buen visionador de películas fríe cerebros.
-Ser Temerario.

Amén u Ojalá
(así sea o quieralo dios)

martes, 5 de mayo de 2009

enCajado

Y Pedro soñaba que dormía en un contenedor metálico. Grande, vacío, frío. Solo poseía una frazada y el eco de sus pasos. Quiso avanzar en la oscuridad. No tenía miedo. Se topó con una vara larga de madera, esta no era la única. Unas encima de las otras se fueron descubriendo. Se topó, así, con varias pilas.

Ya para entonces no era de metal el contenedor, sino de madera. Madera fibrosa.

Una de las varas, se elevó de repente sobre su base… a su paso todo se quebró. Ahí se dio cuenta que las varas eran fósforos. El fósforo parado comenzó a crecer y se fue desarrollando como árbol. Pedro alcanzó a sujetarse de una rama, estaba muy alto sobre las sobras de la caja y los otros fósforos, pero solo a la mitad del Álamo.

Mucho tiempo había estado en la oscuridad, no podría decir cuanto, pero ahora eso le pesaba. Sus ojos eran inútiles ante la luz. No tuvo miedo. No lograba vislumbrar nada. Poco a poco fue recortando siluetas. Raras siluetas. Logró ver algo como un pájaro. Quedó de una pieza cuando vio un papagayo, un tucán, un zorzal, tordos, chorlitos, pavos, patos, canarios, una lechuza… “¿un pingüino?” Hasta un avestruz divisó.

El estaba ahí, rodeado de colores y distintos cánticos. Cual Edén. Quieto contempló, Quieto se maravilló. No tuvo miedo. En eso, cada ave comenzó a perderse en si misma. Se fueron secando hacia dentro.

Las plumas comenzaron a caer. Sumiose, Pedro, en copiosa lluvia. Colores lo bañaban, se regocijó tomando plumas e interrumpiendo el cauce de la cascada. Fue una especie de biombo que lo separó de los animales. “Extraño fenómeno” pensó Pedro.

Cuando se acabó todo, cuando su estancia en aquel árbol volvió a la calma, reparó en el paisaje. Al horizonte se extendía el blanco. No nivoso, más bien como de papel. En la base del Álamo, las astillas de la caja más los fósforos formaban una pequeña villa.

Sintió una tibieza en su pierna. No tuvo miedo.

En las ramas, donde antes estaban las aves, se movían masas negras, uniformes y viscosas. Avanzaban hacia él. Ya trepaban algunas por su pierna, alcanzando el tronco. No tuvo miedo. Pesaban, es cierto, pero no le molestaban.

Entonces se le ocurrió subir a la copa del árbol.

Mientras avanzaba por las ramas, las masas cercanas se le subían como pidiendo permiso. Como no le molestaban, sentía que sería un buen ejercicio mantenerlas. Mientras más subía, más cerca estaba de las casas. Cuando llegó a la copa se dio cuenta que no quedaban masas, más que en él… y que estaba en el suelo.

No tuvo miedo, pero se preocupo cuando una viscosidad intentó tomarle la cara. Se la sacó. La tiró al suelo, pero volvió lentamente a subir por sus zapatos. Una y otra trataban inútilmente de cumplir la misma misión.

Entonces se sacudió. No pasó nada. Se le ocurrió mojarlas. Y fue a una casa. Pidió agua a gritos. “¡Agua, por favor!” nada más que estrepitosos portazos y ventanazos. “¡Agua, por favor!”… nada. Recorrió las casas, todas cerradas. Buscó las canillas fuera de las casas… las habían arrancado. Desesperó y pronto se resignó. Intuía la ineficacia de sus súplicas. “Si ya al primer llamado...” pensaba mientras se desplomaba.

No tuvo miedo cuando le taparon los ojos, total no los necesitaba; no tuvo miedo cuando le bloquearon la nariz, aún… le quedaba la boca.


Despertó sin voz de tanto gritar. Palpó, pero no tuvo miedo… el cajón seguía cerrado.